Es corto, es claro y os ayudara a pensar. (Las negritas son nuestras)
Si eres un artista y pretendes que tus creaciones sean a la vez tu medio de vida, tienes que conseguir que alguien te pague dinero. Parte de la gracia de las discográficas, editoriales y productoras cinematográficas consistía en aislar al artista de los sórdidos detalles de ingresos y gastos, de manera que este podía limitarse a crear y recibir el dinero. Ya no es así, de modo que si quieres seguir viviendo de tu arte tienes que espabilar.
Lo de exigir al Estado que te compense por las pérdidas de la piratería, o que multe a los piratas, o que obligue a las operadoras o a los fabricantes de discos duros a compensarte tiene un recorrido corto, se acabará antes o después, de manera que más vale que busques alguna alternativa. Y gritar a tu cliente potencial “¡ladrón, pirata, PÁGAME!” no es una alternativa.
Podrás vivir, y muy bien, siendo músico, escritor o cineasta en las próximas décadas. Solo tienes que entender cómo funciona el libre mercado, en qué consiste vender y como puedes utilizar ese conocimiento en tu favor. Como he prometido un MBA acelerado, vamos a ahorrarnos la teoría y pasaremos directamente al proceso que tienes que utilizar para convertir tu arte en dinero.
1. Deja de llamar piratería a la publicidad
Que tus obras se distribuyan en la red es bueno, aunque tú no cobres ni un céntimo en esas transacciones. No solo es bueno, es imprescindible si quieres ganar dinero con ellas. Cuanto más se distribuyan, más gente las conocerá, y cuanta más gente las conozca más posibilidades de que alguien esté dispuesto a entregarte su dinero a cambio de algo.
Cuando crees tu obra, haz copias digitales y difúndelas por todos los medios que conozcas y que sean apropiados: redes P2P, YouTube, Scribd… lo que sea. De momento, todo esto es gratis, así que aprovéchalo mientras sea así.
2. Crea un blog o una web en la que puedas empezar a dialogar con tus posibles clientes
De entre todos los que accedan a tus obras, algunos tendrán interés en conocer algo más y estarán dispuestos a darte permiso para iniciar una conversación con ellos. Que alguien te preste su tiempo y su atención es una gran oportunidad. Aprovéchala para conseguir que, de entre todos los visitantes, algunos se conviertan en asiduos y puedas establecer una relación con ellos. Una web es una forma barata de conseguirlo, pero aprovecha cualquier otro mecanismo a tu alcance: conciertos, columnas en periódicos, charlas, foros…
3. Vende recursos escasos a tus fans
De entre todos tus seguidores, algunos estarán dispuestos a darte dinero a cambio de algún recurso escaso. Puede ser un bien físico, como una camiseta, un CD o un libro. O puede ser tu tiempo, en forma de concierto o en forma de experiencia única. Puede ser la pertenencia a un club exclusivo de personas que comparten una pasión (tu arte). Algunos incluso pueden estar dispuestos a pagarte para que sigas creando el arte que les gusta. Así, pueden convertirse en productores o pueden incluso pagar por algo que ya tienen gratis (como una canción de iTunes o un eBook) solo para compensar tus esfuerzos.
Pero recuerda que a tus fans les ha costado ganar su dinero. Respeta el hecho de que estén dispuestos a darte una parte y ofréceles a cambio algo de gran valor.
4. Si tienes suficientes seguidores, puedes vivir de tu arte
Ya está. Si consigues ingresar suficiente dinero, puedes vivir de tu arte. Si no tienes suficientes seguidores dispuestos a pagar, en el mejor de los casos tienes una afición interesante que puede completar otros ingresos.
¿Cuantos seguidores necesitas? Hay quien ha calculado que un músico puede vivir bien con solo 1.000 fans, sin hacer nada especialmente original. Con esos 1.000 fans que estén dispuestos a ir a un par de conciertos al año (50 euros en total), a gastarse otros 10€ en música (10 canciones en iTunes o un CD descargado de tu web) y otros 20 euros en productos físicos (camisetas, chapas, fotografías firmadas, etc.) tienes asegurados 80.000 euros brutos, que con un margen del 30% suponen 24.000 euros al año. No es para tirar cohetes, pero es más que un sueldo de mileurista. Y si además de vender a tus 1.000 fans algún otro aficionado va a tus conciertos o compra tus canciones, los ingresos pueden ser mucho mayores.
¿Que quieres ganar 240.000 euros al año? Pues ya sabes, consigue 10.000 fans.
El proceso es similar a un embudo, en el que por el extremo ancho tienes a un montón de curiosos que alguna vez se descargan tu obra, van pasando por un filtro en el que la mayoría se van quedando por el camino y al final unos cuantos pasan por la parte estrecha y pagan. Es el mismo proceso por el que todos, incluidos los artistas, compramos cualquier cosa.
Cuanta más gente metas en la parte ancha del embudo, más clientes saldrán por la parte estrecha. Por eso te interesa que tus obras se copien y distribuyan. La inmensa mayoría de los que lo hagan nunca te comprará nada, pero eso no importa. No son unos aprovechados que disfrutan de tu trabajo sin pagar por él: son tus agentes de publicidad gratuitos. Trabajan para ti sin cobrarte nada, así que cuanto más les facilites su trabajo, mejor.
Como ves, la clave está en abandonar la concepción estrecha de “me tienen que pagar por mis obras” y pasar a pensar “¿qué puedo ofrecer a los que disfrutan con mis obras?”.
Lo malo del modelo es que no hay una respuesta única a esta pregunta. Pero se supone que tú eres un tipo creativo, así que puedes encontrar alguna que te funcione.
Lo bueno es que funciona para cualquier creador, incluidos los escritores que están viendo cómo los eBooks les van a convertir dentro de nada en las siguientes víctimas de la digitalización.